Capítulo 4.5

◆Interludio◆ Los pesares de Tiana.

«Haa…»

Suspiré profundamente mientras vertía el agua del pozo a la bañera. La sola idea de que el Amo pueda odiarme hace que me broten lágrimas nuevamente y me nublen la vista.

Esa no era mi intención. Pero sin querer, terminé pidiéndole algo que puso en peligro la vida del Amo.

No se lo pedí directamente, pero lo que hice fue casi lo mismo. En ese momento no se me ocurrió otra cosa ya que estaba preocupada por el gato de aquella niña.

Todavía siento como mi corazón se contrae cuando recuerdo como aquel ladrillo cayó y se hizo pedazos. Me estremecí al pensar en que eso pudo sucederle al Amo.

Ayer estuve reclamándole al Amo por no cuidarse al darle el antídoto a otra persona y ahora yo misma lo hice ponerse en peligro… Soy lo peor…

Incluso ayer invité a Gina a la casa sin preguntarle antes al Amo. Fui tan irrespetuosa que no me extrañaría que el amo me castigara.

Sin embargo, el Amo no pareció molestarse en lo absoluto. Realmente me detesto por aprovecharme de la generosidad del Amo…

Anoche no pude avanzar con mis prácticas de costura debido a que estaba preocupada por la conversación del Amo y Gina. Pero me conmovió ver cómo hablaban tan amigablemente sobre un mundo que desconozco.

Tal vez la razón por la que el Amo le dio el antídoto a Gina no sea solo porque tiene un gran corazón, sino que probablemente le guste Gina, que es una mujer tan guapa y genial.

A mi se me da fatal la costura, no se leer ni escribir, soy delgada y muy infantil… Por otro lado, Gina puede usar magia y es una mujer adulta. Ni siquiera podría competir contra ella.

Sin embargo, el Amo dijo que podría aprender a leer y escribir bajo la tutoría de Gina.

Incluso cuando volvíamos del templo, me percate que los niños me miraban con envidia.

Antes de que me vendieran como esclava, no me tomaba en serio lo de aprender a leer o escribir.

No tenía tiempo para esas cosas ya que tenía que cuidar a mis hermanos menores, preparar la comida y limpiar la casa. Sin embargo, no puedo negar que sentía envidia de aquellos niños de mi edad que estaban aprendiendo en las escuelas del pueblo.

Si mi padre hubiera estado vivo, seguramente me habría dejado estudiar.

Pero mi nuevo padre siempre me decía que era una inútil.

Siempre se enojaba conmigo, y decía que, si una mujer ni siquiera sabe hacer bien las tareas del hogar, no necesitaba estudiar.

No sé si fuera por eso, pero siempre me marginaba, y cuando ya estaba decidiéndose si venderme, ya no me dejaba ni comer la suficiente comida, aun cuando era yo quien cocinaba.

En comparación con aquellos días, ahora soy muchísimo más feliz.

Cuando me observo en el reflejo de la bañera, puedo apreciar que la cicatriz de mi mejilla se ha desvanecido. Aunque creo que si me viera en el espejo podría verla débilmente, pero realmente ya no se notaba.

Además, ahora tengo estas hermosas piedras preciosas colgando de mis orejas.

Pareciera que fuera una especie de joven señorita.

Creo que la única niña que conocía que tenía objetos tan hermosos como estos, era la hija del jefe de mi pueblo.

«Tiana, ¿puedes preparar un poco de té?»

Cuando me di la vuelta, pude ver al Amo asomándose por la puerta trasera. Como siempre, no puedo saber qué es lo que piensa ya sea por su expresión o su tono de voz.

«Por supuesto. Se lo preparare enseguida»

Me sequé las lágrimas con la manga de mi vestido y fui a la cocina para poner a hervir el agua.

Después de colocar las hojas del té en la tetera, vertí el agua caliente y llevé la taza a la sala de estar.

Cuando me di cuenta, en la mesa había una caja que nunca había visto.

Puse el té frente al Amo y me preparé para retirarme.

«Trae otra taza»

Entendí que decía que preparara otro poco para cuando ese se le acabara, así que coloqué la tetera frente al Amo.

«No, eso no. Prepara uno para ti y siéntate aquí»

Ah. Me va a castigar. Bueno, supongo lo merezco, así que no se puede evitar. Me pregunto si me golpeara después de regañarme…

Nerviosa, me senté frente a él.

La mano del amo se extiende y abre la tapa de la caja que desconocía. Dentro había una hilera de cosas similares a espigas de trigo, tenían un color dorado.

«Estos son dulces que me dieron los familiares de la chica a la que le rescaté el gatito. Ya probe uno, están bastante buenos»

El amo tomó uno de la caja y se lo metió en la boca.

Le dio un mordisco y lo dejó en su boca un rato antes de beber un sorbo de té.

«Así es como se come. Adelante, no te contengas»

El delicioso aroma de los dulces me alcanzó.

Cuando me lo metí en la boca, se deshizo y un delicioso aroma a mantequilla se extendió por todo mi paladar. Luego de eso pude sentir un suave dulzor, seguido de un ligero sabor salado al final de todo.

Nunca había probado algo así en toda mi vida. ¿Esto a lo que la gente llama dulce?

Es muy delicioso, pero al parecer los dulces son frágiles y varios trocitos de estos cayeron sobre la mesa.

Ahh, es vergonzoso que el Amo vea los pocos modales que tengo…

Cuando levanté la vista decidida a limpiar los pedazos que habían caído delante de mí, vi como el Amo recogió uno de esos pedacitos y se lo llevó a la boca.

Cuando noto mi mirada, parecía un poco avergonzado.

«Sería un desperdicio no comernos algo tan delicioso, ¿cierto?»

Con una expresión ligeramente avergonzada, el Amo continuó recogiendo los pedacitos que se habían caído.

Reprimí una risita y también comencé a recoger algunos de los trozos de dulces rotos y me los metí en la boca.

Aun cuando estaban despedazados, sabían deliciosos, y el agradable aroma del dulzor me hizo sentir feliz.

«¿Te gustó?»

«Así es. Estaba delicioso. Es la primera vez que como algo así»

«Ya veo, en ese caso, puedes comer cuantos quieras»

«Pero… esto se lo dieron al Amo como agradecimiento…»

«Si no fuera por ti, no los hubiera ayudado»

«Lamento mucho haber dicho esas cosas…»

«¿Por qué te disculpas?»

«Puse al amo en peligro. Incluso desde ayer he estado haciendo un montón de cosas egoístas. Estoy segura de que ha de estar enfadado…»

El amo tomó su taza y bebió un sorbo del té.

«Para nada. De hecho, creo que fue bastante entretenido»

«¿Entretenido?»

«Así es. Hasta hace un momento estabas muy deprimida, pero ahora mismo pareces bastante encantada por estos dulces»

Detuve la mano que estaba a punto de tomar otro dulce.

Ahh, es cierto, el amo apenas ha comido uno, no tengo derecho a comer otro antes que él… Mis mejillas comenzaron a arder.

El amo soltó una risita y me puso un dulce en la mano, y se levantó de la mesa.

«Como te dije antes, no te contengas. Saldré un rato, regresaré al mediodía.»

Luego de eso no pude evitar comerme otros tres más… ¿Qué estoy haciendo…?